Guadalajara, Jalisco.- Emiliano Gamero cortó dos orejas al sexto de la tarde y resultó triunfador de la corrida de rejones, última del serial de reapertura en Guadalajara.
Pero la conclusión del festejo registró su episodio de gran polémica entre el público/el rejoneador y la autoridad.
Gamero tomó el rejón de muerte y en automático una buena parte del tendido le impedía perfilarse a cumplir con la suerte, entonces el desacuerdo entre público y autoridad fue creciendo hasta generalizarse, el juez se mantuvo en su decisión y tras varios minutos de ruidosa polémica, Emiliano despachó a “Gallardo” eficazmente, para cortar dos orejas, el biombo premió al astado de San Marcos con la vuelta al ruedo.
“Gallardo” fue el mejor toro del encierro, Gamero lo recibió a porta gayola, con la garrocha controló el bravo galope en espectacular primer encuentro con su enemigo que mostró sus credenciales.
El empuje y transmisión del cerraplaza le permitió a Gamero lucir en la lidia, que tuvo banderillas al violín, hasta tres giros ligados en la cara del toro, y la exposición de su cabalgadura al ofrecer una y otra vez la grupa como señuelo.
Lo Forcados mexicanos protagonizaron una gran pega, con René Tirado como Forcado de cara.
En su primero, Gamero se topó con “Diablo”, tras su labor no tuvo fortuna con el rejón de muerte y escuchó un aviso, recurrió al descabello, dio una vuelta al ruedo con el Forcado portugués que logró la pega de forma espectacular.
Andy Cartagena y Jorge Hernández Garate cortaron una oreja cada uno al primero y segundo del festejo.
Cartagena hizo una monta donde acortó distancias al máximo con su enemigo que se empezó a quedar, la oreja otorgada llegó tras la notoria petición del respetable.
Hernández Gárate no desentonó, su primero fue otro buen toro de San Marcos que mereció el arrastre lento, antes colocó banderillas acortando distancias al máximo, sobre todo en la última.
La pega de los Forcados resultó la más espectacular de la tarde, la arrancada del astado provocó que, prácticamente, un solo Forcado recibiera y controlara, la violenta embestida del burel.
Hernández Garate paseó un apéndice tras la convencida petición del público.
