Guadalajara, Jalisco.- Con dos orejas cortadas, una en cada ejemplar de su lote, Juan Pablo Sánchez se alzó como triunfador de la segunda corrida del serial de reapertura del Nuevo Progreso de Guadalajara.
En su primero el diestro de Aguascalientes encontró a “Colombiano”, toro noble que no se cansó de seguir lentamente su muleta, astado que un poco más de fuerza, hubiese escrito otra historia en el ruedo tapatío. El primero de Pozo Hondo en la arena se dejó hacer cosas, Juan Pablo entendió perfecto las condiciones que tuvo enfrente y solo fue cosa de poner su dosis de artista ante la parsimoniosa entrega del abreplaza.
La estocada fue total y no tardó en rodar el astado, pañuelos a la vista y el biombo otorgó la primera oreja de la tarde, palmas del público también para “Colombiano”.
En su segundo, apareció en el ruedo “Turrón”, toro bien presentado pero que no tuvo mucha cuerda. Juan Pablo brindó al maestro colombiano César Rincón ante el aplauso general, luego se plantó ante un toro sin malas intenciones pero que se apagó notoriamente poco a poco.
“Turrón” empezó a quedarse a la mitad en las embestidas, el orgullo y mando de Sánchez lo obligaron a completar su recorrido a como diera lugar, olés de alto volumen se escucharon en el coso cada vez que el espada le mostraba el camino al ejemplar. Vino otra buena estocada y el respetable exigió la oreja para el de Aguascalientes, trofeo concedido que originó división de opiniones.
Se presento el español, Juan Ortega, y cayó de pie ante la afición de Guaddalajara, cortó la oreja de su primero “Trianero” que sustituyó a “Charrasqueado” que se inutilizó del pitón izquierdo por un encontronazo con un burladero.
Ortega dosificó la vara, dibujó un quite por chicuelinas que alborotó al tendido, luego tomó la muleta y regaló una faena que conectó de inmediato con la clientela.
Ortega sabía que el astado no tenía mucho fuelle, entonces se dedicó a torear lento, firme y muy en artista, entre cada pase, si era necesario le daba su tiempo al toro, pero enseguida venía un largo, sentido y templado muletazo que levantó el ánimo del Nuevo Progreso.
Su estocada apenas si resultó media, pero en lo alto y fue suficiente, a pesar del mal tino del puntillero, para que el cuarto de la tarde doblara y se concediera una oreja al español.
Con su segundo, levantó al tendido con sus maneras con el capote, pero el castigo con la vara ayudó a que no pasara nada en el final de la corrida.
Diego Silveti estuvo en lo suyo, llena la escena y el público tapatío siempre lo espera, en su primero hubo poca colaboración de “Platero” y solo logró algunos buenos muletazos aislados.
Para el quinto del festejo, Diego salió “por todas” ante “Garambullo”, se lució con el capote y caló fuerte su quite de gaoneras, luego con la muleta inició su lidia con un cambiado por la espalda que presagió algo importante, peeero….la faena no creció porque “Garambullo” no ofreció condiciones para lucir, Silveti insistió en despachar al toro recibiendo, sin éxito. El hijo del Rey David se fue en blanco del festejo.