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Corta Ocaña Serrano oreja en Aquixtla; triunfan también los rejoneadores Rozo y Zataraín

Boletín de Prensa - Colaboración Especial - 1/1/2017

 

AQUIXTLA, Puebla.- El matador de toros Ocaña Serrano inició el año de forma triunfal. La tarde de este domingo en la plaza poblana de Aquixtla cortó merecida oreja con petición de la segunda que el juez, en un afán protagónico, no otorgó por lo que fue abroncado.

En tanto, los rejoneadores Andrés Rozo y Leonardo Zataraín se repartieron tres apéndices.

El coso registró más de media entrada. Se lidiaron dos toros de García Méndez, buenos en términos generales; dos de Vicencio, complicados con matices y uno de La Trasquila, muy bueno.

Los Forcados Amadores de Teziultán consumaron dos buenas pegas al primer intento.

El diestro de Tlaxcala José Luis Angelino, valiente y entregado, al tercio; el rejoneador colombiano Andrés Rozo, dos orejas; el torero poblano Jesús Luján, palmas; el diestro español Ocaña Serrano, oreja con petición de la segunda; el rejoneador Leonardo Zataraín, oreja.

COMENTARIO: El diestro español Ocaña Serrano demostró en Aquixtla que está decidido a convertirse en consentido del público mexicano.

Le correspondió en suerte un buen toro de García Méndez con el que demostró clase y buen gusto al torear a la verónica. Apenas terminó el segundo tercio, el torero de Jaén se dio a la tarea de comenzar la faena de muleta pues había poca iluminación en la plaza y la noche hacía acto de presencia.

Pese a la poca luz, el torero no se arredró y firmó una faena emocionante y templada por ambos lados. Aprovechó cabalmente las bondades del burel al que, ante el delirio popular, le pegó una tanda emocionante con un sombrero de charro.

Pinchó una ocasión antes de dejar una estocada honda en buen sitio que hizo doblar al burel. El público pedía las dos orejas y aunque el juez sólo otorgó una, el torero se llevó del coso poblano algo más importante que los retazos del toro, el cariño del público.

Ocaña Serrano dio una triunfal vuelta al ruedo con el trofeo en una mano y en la otra una bandera de México país que siente el torero español como su segunda casa.