Guadalajara, Jalisco.- El apéndice que le cortó a “Corregidor”, abre plaza del festejo, colocó a Juan Pablo Sánchez como el espada triunfador de la primera corrida de temporada en El Nuevo Progreso de Guadalajara.
Se trató de una faena aseada, llena de trazos firmes y profundos que provocaron los primeros olés del serial tapatío, Juan Pablo estuvo en artista y pese a que su estocada no tuvo la mejor colocación fue lo suficientemente efectiva para que doblara su enemigo.
El tendido, arropó a su nuevo consentido y le exigió al biombo la oreja para el espada de Aguascalientes, tanto se tardó el juez de plaza en concederla que el puntillero tuvo que ir apresurado al destazadero por el trofeo.
El que empezó la temporada con el pie izquierdo fue el juez de plaza Arnulfo Martínez, concedió a regañadientes la única oreja de la tarde, quizá escuchando la voluntad de la mayoría y para el cuarto de la corrida cambió su criterio al ignorar la petición –ahora más numerosa- para volver a premiar al aguascalentense.
Juan Pablo Sánchez le pudo con creces al toro mas enrazado del festejo, “Rey Moro” puso en aprietos a los varilargueros. Luego tuvo el motor para que su matador hilvanara una faena valerosa, templada y del gusto general, pese a su falla con el estoque, el público pintó de blanco el tendido ante la indiferencia de la autoridad. Vuelta al ruedo.
Arturo Saldivar no contó con la misma suerte ante el criterio del juez, tras una faena con valor a toda prueba, con firmeza en sus ideas y procedimientos, incluso con muletazos en redondo en los que obligó a embestir a un toro que poco valía, no fue medido con la misma vara.
La autoridad le negó el trofeo que un toro antes había concedido a otra faena igual de meritoria y que tampoco fue coronada con el acero, Saldivar salió al tercio con rostro de confusión, todos en la plaza vieron como se enredó con el burel, menos el juez.
Para su segundo, abrevió cuando su enemigo se fue apagando y empezó a pasar por pasar. Palmas.
El Español Ginés Marín no pudo mostrar la etiqueta de espada revelación con la que llegó al país, su primero fue ruidosamente rechazado por el tendido al considerar su presencia como escasa, y nada de lo que hizo el diestro en el ruedo fue valorado.
Hasta su segundo, con un quite de saltilleras y su primer serie que inició con escalofriante pase cambiado por la espalda, levantó fuertes olés, pero Marín no pudo ofrecer más, su enemigo se fue quedando hasta que el espada decidió concluir su labor con el acero, donde también pasó dificultades.