El México político se ha convertido metafóricamente en territorio marino pululante de pirañas y de robalos, esos que navegan a media agua, sin el compromiso de sacar la cabeza y sí, con el de andarla enterrándola y lo peor de todo es que este ejemplo de la medianía comienza en los niveles de mayor posición, que son, donde están los nichos, en los que se agazapan un grueso de políticos y desde ahí tejen sus telarañas como Viudas Negras, en las alturas entronados pa’ que la gente los vea ahí arriba, lo cual por sí mismo es una arrogancia, eso sí se protegen de no ser tocados para lo cual usan un capelo de impunidad o fuero que les permite a sus anchas robar, ultrajar, extorsionar, violar las leyes, enriquecerse ilícitamente, extorsionar y llegar hasta las balas, mientras ellos pa’ abajo no saben mirar, como dice aquella canción ‘Tu y las nubes’ del inmenso guanajuatense José Alfredo Jiménez.
Y esto viene porque si eso sucede en el divorcio Pueblo - Gobierno, igual se da entre el abismo Aficionados - Empresarios (con las excepciones que ya se saben) sin que en el caso taurino se haya llegado a los difuntitos, referente al público, su manera de manifestarse, lo ha sido aunque no suficientemente desde hace rato, no asistiendo a las plazas de toros, pero esto siendo realistas tampoco a los empresarios les ha preocupado, por el hecho de que abaratan la materia prima entiéndase toros, ahorrándose con los de menos edad, esto con el consentimiento de varios ganaderos a los que simplemente no les preocupa la ética ganadera, también le bajan en la calidad de los coletas y hasta dan festejos sin haber contratado servicios médicos especializados, y otro agravante, es el hecho que les llegan a cobrar a toreros de baja monta por echar la capa en demérito del espectáculo y además se ensañan con los novilleros nacientes que no gozan de influyentismo.
A los señores que forman parte del gremio empresarial y algunos hasta del mafioso, les queda muy claro que esto de la Fiesta de Toros y Toreros es un negocio, por ello si invierten cacahuates pues a cambio del riesgo esperan recibir nueces garapiñadas, es decir que el negocio les salga de dulce lo que se convierte en recompensa para sus fauces y si esto es preocupante, más lo es no querer darnos cuenta donde se ha originado la debacle, las causas pueden ser varias y producto de encabronamiento cuando se menciona a los causantes de ellas y es que a nadie le gusta que le digan sus verdades, porque aunque se apliquen aquella frase de ‘Ni los veo, ni los escucho’ la cual llevo al extremo al empresario veterinario Rafael Herrerías Olea, ahí siguen los malinos pululando de norte a sur y de este a oeste.
Algunos tratan ahora de aplicarse aquella otra de que eso fue pasado y ahora hay que ver hacia adelante, eso podría pasar si el daño hubiese sido ‘light’ pero no es así, por ello es que si los políticos, los constituyentes, los desadaptados culturalmente, que vuelvo aclarar, no son quienes ven por el bien de los animales que nacen, se reproducen y tiene que morir algunos por sus propias naturalezas, sino que aquí me estoy refiriendo también a los anti taurinos, más concretamente a los politiquillos que han usado las tradiciones o espectáculos populares para mediante los ataques ganar votos y hacerse notar lo cual les significa reflectores y por ellos son capaces de cualquier barbarie, repugnante, e inaceptable como lo dicho por la insolente diputada del tricolor Rosy de la Torre quien comparo a los niños taurinos con sicarios y prostitutas, lo cual me lleva a pensar que la hembra referida ha de estar muy familiarizada con eso de las mafias y los oficios negros ¿Por qué será?.
Bueno volviendo a lo del daño físico, moral, y económico, que se le ha causado a la fiesta y sus orígenes ahora que la Plaza México está en ascuas sobre su futuro, no nada más empresarial, sino de continuidad de actividad, valdrían la pena reflexionar, si parte de esto ¿no se debe a que en muchos sentidos la Fiesta Brava Mexicana desde hace un rato ha carecido de líderes?
¿Y saben qué señores? que en esa palabra que lo es líderes radica gran parte del asunto y es que sin timoneles, sin capitanes, sin guías, ninguna nave va salir a flote, y para irnos esta semana vamos haciéndolo con en el recordar a personajes que con su liderazgo taurino en su momento y en su especialidad llevaron a la fiesta a lugares muy altos; Un presidente como el Lic. Adolfo López Mateos, que invitaba a los mandatarios que visitaban México a los toros, un jefe de la Ciudad de México como Don Ramón Aguirre que les dio parcela a los toreros para dignificar la Asociación Nacional de Matadores, un empresario como el Dr. Alfonso Gaona quien no necesita de panegíricos, un figurón mandón como Manolo Martínez, un imán de taquillas como Valente Arellano, unos toros como los de Atenco o Piedras Negras, unos micrófonos como los de Pepe Alameda o Paco Malgesto, unas plumas como la de Don Dificultades o Don Carlos León, unos aficionados como los de la Porra de Ingenieros con Godoy al frente que eran capaces de guiar con sus apreciaciones a la masa, un referente como el ‘Jitomatero’ que llenaba de pinturería el tendido, unos personajes como Doña Gloria Rizo ‘La oreja de oro’ o el novelesco ‘Ciego’ Muñoz’ por quien la gente se peleaba por ver la corrida a su lado, compositores de pasodobles y huapangos toreros como Agustín Lara o Tomas Méndez, El ‘Negro’ Muñoz y el ‘Charro que en sus puestos gastronómicos encendian tertulias con las que necesariamente había que cerrar el domingo.
¿Si usted sabe de alguien o algunos personajes que puedan encajar en esos perfiles? Avísenles que la fiesta Brava los necesita.