El domingo en la plaza un joven me decía - Yo quiero ser periodista. - ¿Y sabe lo que es ser un periodista? - Pues el que dice lo que ve en los toros - ¡No!, cualquiera puede ver un festejo, pero no cualquiera sabe verlo - Es que yo he visto que muchos escriben. - ¿Ah, sí? - ¿Que usted no los lee? - Pues como a uno o dos, tal vez tres - ¿Por qué a tan poquitos? - Pues porque el toro no es de cantidad sino de calidad y eso es algo de lo mucho que se requiere pa’ ser leído - ¡Ah caray!, ¿qué se necesita entonces para que a uno lo lean? - Antes que nada tener un nombre, un crédito, credibilidad y que sus letras sean publicadas en periódicos de prestigio, en webs y blogs reconocidos donde sus letras previamente pasen por un jefe de sección y posteriormente por un editor y que la junta de dirección apruebe lo escrito en base a calidad, veracidad, originalidad, en fin una serie de requisitos evaluatorios y algunos otros detalles, eso claro en los medios respetables e importantes que a decir verdad, son los únicos en los que la gente cree y realmente son los leídos - Es que yo veo que hay muchos lugares donde salen cosas de toros.- Mire, ya lo dijo usted hay muchos lugares como los hay en el estacionamiento del Estadio Azteca a lo mejor 20 o 30 mil en donde se ven carcachitas, los de medio cachete, los pasados de moda, los hojalateados, los despintados, algunos que parecen chocolates y también otros que dan el gatazo, sin faltar algunos aceptables y en cambio si usted se va a la avenida más grande de la CDMX en frente al Teatro de los Insurgentes usted vera un aparador de tal vez unos 10 o 15 m. por otro tanto de fondo donde cabrán una media docena de automóviles entre ellos; Ferrari, Lamborghini, Lotus, Bugatti, Aston Martin, Porche, ¿cuáles preferiría usted admirar?, ¿los que hay por montones o los muy selectos?, sigue el aspirante -También veo que en los portales se escriben las crónicas mucho más largas - Mire jovencito ahí le va otro ejemplo que prefiere usted leer ¿la robusta y aburrida Sección Amarilla del Directorio Telefónico? o la compacta e interesante novela ‘El Sueño de un Maletilla’ de la autoría del matador Lorenzo Garza Gaona - ¿Alguna recomendación para ser objetivo a la hora de escribir? - Pues aléjese lo más que pueda de adquirir compromisos con personas que tienen intereses dentro del toro y por supuesto cero de lambisconería y entonces no tendrá ataduras para la libertad de pluma.
¡Caray! que pronto el ejemplo nos pone la muestra de lo expresado, cuando por ahí me dijeron que igual que hace ocho días las teclas dudosas le regatearon el triunfo a Miguel Aguilar, disque porque su animal estaba chico y en escritos, sobre lo de esta semana por el carril del despiste se le escatiman méritos al novillero más interesante que en los últimos años se ha presentado en la Plaza México, Ricardo de Santiago, del que todos recibimos invitación pa’ volverlo a ver en cuanto se presente y hablando de lo importante que son las novilladas sin caballos, las que me dan la impresión que aquí no se han terminado de comprender, sobre todo en su esencia medular que para mí menda es el proteger física, moral y profesionalmente a quienes tienen madera pa’ seguir adelante y que si no fuera por esos festejos, lo más probable es que la edad, bravura y estampa de los novillos reglamentarios para la México, que es de tres años de edad con un mínimo de trescientos cincuenta kilos, los podrían hacer tropezar y un fracaso, cornadón o fractura en un joven que apenas despunta anímicamente, puede ser decisivo en su carrera, por eso este mismo proceso se está llevando en España donde por cierto el 2 de octubre en las Ventas de Madrid, llegara a la final el mexicano Alejandro Adame en un festejo matinal que se realizara a las 11.00 am como sigo pensando, se deberían de realizar los festejos aquí.